Variaciones en las lluvias resultan con mayor frecuencia en sequías o inundaciones. Tal condición tiene efectos negativos debido al aumento de la vulnerabilidad de la agricultura de temporal principalmente. Bajo cambio climático se espera que la humedad en el suelo disminuya debido al aumento en la temperatura.
Los escenarios para 2020 muestran una reducción moderada de las zonas de aptitud para cultivo del maíz principalmente en Sonora. Para 2050 los resultados de los modelos climáticos indican un cambio de aptitud entre el 5 y 29% del territorio. De acuerdo a proyecciones para el 2030, la sobreexplotación de acuíferos llevará a que los distritos de riesgo dejen de ser económicamente viables ante los costos de bombeo para riego.
Vulnerabilidad
Las prácticas de la agricultura tradicional resultan en desastre ante extremos en el clima debido a: pérdidas de suelo fértil, falta de apoyos al campo, migración y envejecimiento de los campesinos, pobre aprovechamiento de información climática, falta de mercados, incremento en costos de insumos.
Adaptación
- Cambios de variedad de cultivos de temporal.
- Implementar sistemas de riego.
- Diversificar las actividades de los campesinos.
- Selección de cultivos agrícolas resistentes (a sequía, a suelos pobres, etc).
- Implementar sistemas de riego.
- Diversificar las actividades de los campesinos.
- Selección de cultivos agrícolas resistentes (a sequía, a suelos pobres, etc).
Mitigación
Por otro lado se propone que en México se implementen acciones dirigidas a un manejo de sistemas de alimentación de rumiantes que disminuyen las emisiones de GEI.
Costos
La sequía del verano El Niño de 1997 provocó pérdidas en el sector de casi mil quinientos millones de pesos. El retraso en las lluvias en el verano de 2005 resultó en una caída de más del 13% en la agro-producción del país, 167,235 personas fueron afectadas por los impactos de la sequía, el área de cultivos dañada fue de 668,939 ha., los costos totales de la sequía ascendieron a 778.6 millones de pesos.
En los sistemas agrícolas tradicionales, cuando la tierra es labrada y cultivada, el CO2 almacenado en el suelo se libera a la atmósfera, contribuyendo al aumento de los gases efecto invernadero y, con ello, al cambio climático.
Los suelos son importantes emisores de gases de efecto invernadero (N4 y2O, CH CO2) y de gases N reactivos (N,O, NO2 NH3). Se estima que el 65% del N2O emitido a la atmósfera procede de los suelos agrícolas y forestales. La agricultura a nivel mundial es una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, este sectores contribuyen con el 30% de dichas emisiones, principalmente por emisión de CO2.Otros compuestos como el óxido nítrico (NO 5% GEI), precursor del ozono troposférico, y el amoniaco (NH3), que contribuye a la degradación de los ecosistemas a través de la lluvia ácida, son emitidos en un porcentaje importante por los suelos agrícolas.
En los sistemas agrícolas tradicionales, cuando la tierra es labrada y cultivada, el CO2 almacenado en el suelo se libera a la atmósfera, contribuyendo al aumento de los gases efecto invernadero y, con ello, al cambio climático.
Los suelos son importantes emisores de gases de efecto invernadero (N4 y2O, CH CO2) y de gases N reactivos (N,O, NO2 NH3). Se estima que el 65% del N2O emitido a la atmósfera procede de los suelos agrícolas y forestales. La agricultura a nivel mundial es una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, este sectores contribuyen con el 30% de dichas emisiones, principalmente por emisión de CO2.Otros compuestos como el óxido nítrico (NO 5% GEI), precursor del ozono troposférico, y el amoniaco (NH3), que contribuye a la degradación de los ecosistemas a través de la lluvia ácida, son emitidos en un porcentaje importante por los suelos agrícolas.
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